2 jul 2012

Smart Cities (II)



El desarrollo de las Redes de Nueva Generación, o Next Generation Networks (NGN), implica la integración de servicios heterogéneos en una red de telecomunicaciones all-IP. Estas redes transportan voz, datos, y contenido multimedia a través de Internet, pero están especialmente adaptadas para la oferta de servicios al usuario final.

Actualmente, existen multitud de especificaciones para NGN, sin embargo, el reto ahora está en particularizar éstas en desarrollos concretos. Los protocolos de comunicaciones están aún por explotarse y el despliegue de servicios está por llegar. El acceso a funcionalidades de IMS (IP Multimedia Subsystem) presenta un aspecto muy interesante en la evolución de las redes NGN. De esta manera, será posible acceder a servicios orientados a la movilidad, a través de una plataforma global all-IP orientada a servicios, e independiente de la tecnología de acceso.

La tecnología IP se ha convertido en el estándar de facto para las comunicaciones a través de las redes de datos. Además, debido gran relación entre la capacidad de transmisión y el coste de este tipo de redes, se está viviendo un proceso de integración de distintos tipos de servicios sobre infraestructura IP. Actualmente la integración de distintos servicios con distintos requisitos de funcionamiento es algo que no está del todo bien resuelto.

En cuanto a sonorización de infraestructuras M2M (machine to machine), para articular y dotar de inteligencia a la red, la tecnología que se usará es el Power Line Communications, también conocido por sus siglas PLC o su variante XLC, es un que se refiere a  tecnologías que utilizan las líneas de energía eléctrica convencionales para transmitir señales de radio para propósitos de comunicación.
En un futuro la integración de todos los servicios sobre IP será una realidad y todos esos servicios se prestarán con un nivel de calidad acorde con sus necesidades. De esta forma se llegará a una situación del tipo “todo sobre IP” (all-IP).
Esto permitirá que sólo sea necesaria la implantación y mantenimiento de una única red y no de varias redes con lo que se consigue un ahorro de costes muy elevado. Además, garantizando la compatibilidad con una tecnología conocida, se evita el uso de redes propietarias que pueden llegar a lastrar el desarrollo de algunos servicios de gran importancia.

La situación final será la existencia de una única red que usará IP como tecnología y sobre la que se prestarán cualquier tipo de servicios: datos, video, voz, telefonía y cualquier servicio futuro que pueda surgir.


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